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Importancia de la nutrición y su efecto en la microbiota intestinal en los niños y niñas

Importancia de la nutrición y su efecto en la microbiota intestinal de los niños y niñas

La microbiota intestinal se refiere a la comunidad de microorganismos que viven en a lo largo del tracto digestivo, es decir el esófago, el estómago, el intestino delgado y el  intestino grueso o colon. Estos microorganismos también se encuentran en diferentes partes del cuerpo, como la piel. Su composición puede generar impactos positivos o negativos en el organismo.

La microbiota intestinal tiene funciones muy importantes para el desarrollo y crecimiento adecuado del ser humano, especialmente desde edades tempranas. Algunas de estas funciones son:

  • Proteger de microorganismos perjudiciales: la microbiota crea una barrera que impide el crecimiento de microorganismos perjudiciales para la salud humana, por lo que está muy ligada con el sistema inmunológico. La microbiota libera sustancias que envían señales a este sistema, con el fin de proteger al organismo.  
  • Prevenir el desarrollo de algunas enfermedades: la microbiota participa en la prevención de enfermedades como obesidad, enfermedades cardiovasculares, hepáticas, mentales, diabetes mellitus tipo 2 y colitis ulcerosa; incluso alergias. 
  • Participar en el adecuado funcionamiento del sistema inmunológico: evita la multiplicación de bacterias que puedan ser dañinas para el ser humano, lo que permite un adecuado ambiente para la multiplicación de las células del sistema inmunológico que se activan cuando aparece un microorganismo que es dañino. 
  • Digerir sustancias presentes en los alimentos: colaboran en la digestión de sustancias que el organismo no puede digerir, y así transformarlos en nutrientes necesarios. 
  • Producción de vitaminas: producen  vitaminas como  K, B12, B5, biotina y ácido fólico.

Esta comunidad de microorganismos se desarrolla desde el nacimiento, incluso se inicia desde el periodo de gestación. La adecuada composición de la microbiota durante la etapa infantil es vital para mantener una buena salud a lo largo de la adultez, ya que la microbiota que se tendrá de adulto, se alcanza alrededor de los 3-5 años de edad. Por lo tanto, es un factor protector crucial para el crecimiento y desarrollo del ser humano desde las primeras etapas de vida, ya que tienen un impacto en la salud a largo plazo.

Cabe resaltar que la microbiota de cada individuo es única y variable, ya que se modifica con diversos factores a lo largo de la vida. Por ejemplo: 

  • La genética: puede influir en los tipos de microorganismo presentes o ausentes en la microbiota.
  • La  edad gestacional: ya que la composición varía entre un bebé a término o pretérmino (prematuro).
  • Modo de parto: cuando el nacimiento es vaginal, se obtiene microbiota por medio de este canal, mientras que, si el nacimiento es por cesárea, se obtiene del contacto que se tiene con la piel de la madre. Los microorganismos presentes en ambas partes del cuerpo son diferentes. 
  • Uso de antibióticos: son medicamentos que procuran eliminar bacterias que puedan ser perjudiciales a la salud. Sin embargo, también puede afectar a microorganismos positivos para el organismo, por lo tanto, genera una alteración de la microbiota. Debido a esto, se deben utilizar únicamente  en la dosis y por el tiempo que un médico lo indique.
  • Exposición a microorganismos en el ambiente: se pueden obtener microorganismos del aire, por medio de la respiración. Por lo tanto, el estar en diferentes espacios y con diferentes personas permite estar en contacto con otros microorganismos.
  • Hábitos de estilos de vida:
  • Actividad física: mediante la liberación de diversos neurotransmisores que ocurren durante la realización de actividad física, puede existir una modificación positiva de la microbiota.
  • Alimentación: desde la alimentación de la madre durante el periodo del embarazo y la lactancia materna, hasta la variedad y calidad nutricional de los alimentos en la alimentación complementaria y en las siguientes etapas de vida, son factores clave para la composición de esta comunidad de microorganismos.

En relación  con lo anterior, podemos observar que hay factores de los cuales no tenemos control actualmente. No obstante, los hábitos de estilos de vida como la actividad física y la alimentación son factores que se pueden modificar para así aportar de manera positiva o negativa a la composición de la microbiota. 

A continuación, se describen algunos aspectos en las diferentes etapas de la vida, que pueden tener efecto en la microbiota.

Periodo de embarazo: La alimentación en esta etapa tiene un gran impacto en la microbiota que tendrá el o la bebé que se encuentra en el vientre. Se ha visto que una dieta alta en grasas, azúcares y carbohidratos refinados, baja en frutas y vegetales se encuentra relacionada con una disminución de bacterias que son beneficiosas para el organismo, esto aún se encuentra en investigación. No obstante, para nadie es un secreto que mantener una alimentación saludable es una llave importante para aportar a la salud general del bebé.

0 – 6 meses: Durante el periodo de infancia, la lactancia materna es una herramienta de la cual se puede echar mano para fortalecer la microbiota. Lo anterior inicia desde el agarre al pecho, ya que hay una transferencia de microorganismos por medio del contacto con la piel de la madre hasta la boca del infante. Además, la leche materna posee una gran variedad de nutrientes que propician el adecuado crecimiento y desarrollo del organismo, así como una  cantidad increíble de microorganismos beneficiosos. Lo anterior, va a depender de la duración de la lactancia materna y si esta es exclusiva o no.

> 6 meses : En este periodo se inicia la alimentación complementaria. Factores como el momento en el que se inicia esta etapa, el método que se utiliza, y la variedad de alimentos que se ofrecen, pueden influir en el desarrollo de la microbiota. Además, este periodo coincide con la etapa en la que los infantes desean introducir objetos y comida a la boca, debido al crecimiento de los dientes, por lo tanto, esto también puede contribuir al desarrollo de la microbiota.

En general, la variedad de alimentos puede favorecer la formación de un ambiente rico en microorganismos necesarios para la microbiota, con un posible impacto en la calidad de vida del niño o niña a largo plazo. Por consiguiente, es importante mantener una alimentación balanceada que incluya todos los grupos de alimentos (frutas, proteínas, lácteos, leguminosas…) en proporciones adecuadas, y disminuir el consumo de alimentos empacados o procesados; ya que se ha visto que estos últimos impactan de manera negativa en la microbiota de los niños, niñas e incluso en adultos. 

En conclusión, la microbiota es una herramienta que puede ser protectora o, por el contrario, afectar la salud de nuestros niños y niñas, ya que incluso puede aumentar o disminuir el riesgo de enfermedades y alergias. Inclusive, se ha visto en diversos estudios que una composición adecuada de la microbiota puede funcionar como un modulador en condiciones como el trastorno del Espectro Autista (TEA), sin embargo, esto aún se encuentra en investigación.

La alimentación es un factor que podemos modificar para lograr cambios rápidos y positivos en la microbiota de nuestros niños y niñas. Se ha visto que existen cambios en la composición de la microbiota después de un día de realizar cambios, y estos se pueden mantener por hasta 7 días. Lo anterior, en niños y adultos.

Por lo tanto, les presentamos algunas recomendaciones para fortalecer la microbiota en los niños y niñas:

  • Procure el consumo de 5 porciones de frutas y vegetales al día: el aporte de fibra que tiene este grupo de alimentos es vital para el adecuado desarrollo de la microbiota. Además, en las meriendas prefiera ofrecerlos antes que los otros componentes. Al ofrecerlos en primer lugar nos aseguramos que consuman los nutrientes y evitamos que se llenen con otros alimentos.
  • Preferir el consumo de alimentos naturales, preparados en casa y condimentados con hierbas y olores naturales: los alimentos naturales tienen un aporte de nutrientes importantes para el beneficio de la comunidad de microorganismos. 
  • Disminuir el consumo de alimentos empacados y procesados: estos, generalmente, carecen de vitaminas y minerales que son esenciales para el fortalecimiento de la microbiota. Por el contrario, son altos en grasa y azúcares los cuales pueden generar alteraciones de la microbiota. Además.  tienden a desplazar alimentos que son ricos en nutrientes.
  • Evitar el consumo excesivo de carnes rojas (res y cerdo).
  • Realizar un uso adecuado de los antibióticos: Los antibióticos deben ser recetados por un médico, procure seguir las instrucciones en cuanto a la dosis y el tiempo del tratamiento.
  • Procure el consumo de lácteos durante el día: este alimento puede aportar el desarrollo de microorganismo beneficiosos para la microbiota. Los niños y niñas deben consumirlos diariamente, al igual que las personas adultas.
  • La lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del infante, es un factor protector para la microbiota.

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