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Alimentación en niños y niñas con Síndrome de Down

Estudiante: Naomy Delgado

Estudiante avanzada de Nutrición, UCR

I semestre 2025

Revisado por:  Prof. Eva Steikoler. Junio, 2025

El Síndrome de Down es una condición genética causada por la presencia de una copia adicional del cromosoma 21. Esta alteración influye en el desarrollo físico e intelectual de quienes la presentan. Puede generar desafíos en distintas áreas, como el habla, la motricidad y la alimentación. (CDC,2024)

El Síndrome de Down es una condición genética causada por la presencia de una copia adicional del cromosoma 21. Esta alteración influye en el desarrollo físico e intelectual de quienes la presentan. Puede generar desafíos en distintas áreas, como el habla, la motricidad y la alimentación. (CDC,2024)

Desde el nacimiento, los niños con Síndrome de Down pueden mostrar características físicas particulares y retrasos en el desarrollo, incluyendo dificultades para alimentarse de forma autónoma, y en la capacidad de succionar, masticar o tragar alimentos y pasar de líquidos o alimentos blandos a sólidos, lo cual puede afectar su nutrición y desarrollo integral. Estas dificultades pueden verse acompañadas de problemas conductuales como ansiedad, estrés o rechazo hacia ciertos alimentos, lo que refuerza la importancia de brindar apoyo especializado desde las primeras etapas de vida (CDC, 2024) (DOWN España, 2013).

Otro de los mayores retos nutricionales en esta población es la tendencia a desarrollar sobrepeso u obesidad. Hay diversos factores que contribuyen a este riesgo, como el bajo gasto energético en reposo, niveles elevados de leptina, hipotiroidismo, malos hábitos alimentarios y escasa actividad física. Además, existen otras condiciones asociadas como resistencia a la insulina, intolerancia a los carbohidratos, diabetes tipo 2, estreñimiento y alteraciones en el perfil lipídico (Nordstrom et al., 2020).

Por ello, es fundamental que la alimentación, desde el momento en que el niño comienza a consumir leche materna, se convierta en una experiencia positiva, placentera y libre de tensiones. Fomentar la autonomía desde edades tempranas no solo favorece el desarrollo de habilidades motoras y sociales, sino que también mejora significativamente la calidad de vida. Además, la alimentación cumple un papel clave en la estimulación de los músculos orofaciales, los cuales son esenciales para el desarrollo del habla y el lenguaje (DOWN España, 2013).

Recomendaciones nutricionales para niños con síndrome de Down (Gruszka & Wlodarek, 2024):

  • Frutas y vegetales: Incluir al menos 2 frutas y 3 vegetales al día. Son fuentes importantes de fibra, antioxidantes y ácido fólico, nutrientes esenciales para prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y el estreñimiento.
  • Cereales integrales: Preferir arroz integral, avena, pan y pastas integrales para aumentar la ingesta de fibra soluble, controlar los niveles de glucosa en sangre y reducir el colesterol.
  • Lácteos: Consumir diariamente yogurt y leche, con el objetivo de prevenir deficiencias de calcio, un mineral esencial para el desarrollo óseo. La falta de calcio en niños con Síndrome de Down puede aumentar el riesgo de padecer osteoporosis en etapas posteriores de la vida.
  • Proteínas de calidad: Mantener un consumo moderado de carnes, ya que las personas con Síndrome de Down tienden a consumir en exceso carnes rojas. Se recomienda variar las fuentes de proteína incluyendo otras opciones como pollo, pescado, huevo y queso.
  • Grasas saludables: Preferir el uso de aceites vegetales, aguacate, nueces y semillas en lugar de grasas sólidas de origen animal. Esto ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y el exceso de peso.
  • Azúcares simples: Limitar la ingesta a un máximo de 6 cucharaditas al día. Se debe evitar el consumo frecuente de productos como confites, chocolates, donas, helados y golosinas en general.
  • Micronutrientes esenciales: Asegurar una dieta rica en antioxidantes (vitaminas A, C y E), así como en minerales como selenio y zinc. También es importante el aporte adecuado de vitaminas del complejo B (especialmente B6 y B12), vitamina D y calcio, debido a las deficiencias comunes en esta población. Estos nutrientes los podemos encontrar en alimentos como carnes, vegetales de hojas verdes, zanahoria, leche, huevo, semillas como nueces, almendras, leguminosas, queso, sardina, cítricos como naranja, mandarina, fresas, entre otras.

Por lo tanto, la alimentación en niños y niñas con Síndrome de Down se debe abordar de forma integral, considerando no solo sus necesidades nutricionales específicas, sino también los desafíos físicos, sensoriales y conductuales que pueden influir en su relación con la comida. Promover hábitos saludables desde etapas tempranas, favorece el desarrollo motor, cognitivo y emocional, asimismo ayuda a prevenir complicaciones como la obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles. El acompañamiento por parte de profesionales de la salud y el compromiso de la familia son claves para garantizar una nutrición adecuada que potencie su bienestar y calidad de vida.

CDC. (2024). Síndrome de Down. Birth Defects. https://www.cdc.gov/birth-defects/es/about/sindrome-de-down.html.

DOWN España. (2013). Guía de alimentación para bebés con síndrome de Down. https://www.sindromedown.net/storage/2014/09/153L_guiade.pdf

Gruszka, J., & Wlodarek, D. (2024). General Dietary Recommendations for People with Down Syndrome. Nutrients, 16(16), Article 16. https://doi.org/10.3390/nu16162656

Nordstrom, M., Retterstol, K., Hope, S., & Kolset, S. O. (2020). Nutritional challenges in children and adolescents with Down syndrome. The Lancet Child & Adolescent Health, 4(6), 455-464. https://doi.org/10.1016/S2352-4642(19)30400-6


 

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