Raquel Dormond Villalobos
Estudiante
Curso NU-2061, II semestre 2023.
Revisado por: Patricia Sedó Masís, 22 marzo 2024
La obesidad infantil es un fenómeno preocupante que ha experimentado un aumento alarmante en las últimas décadas a nivel mundial.
La obesidad infantil es un fenómeno preocupante que ha experimentado un aumento alarmante en las últimas décadas a nivel mundial.
Las causas de la obesidad infantil son diversas y complejas, variando según la edad, el tipo de alimentación, patologías específicas, el uso de ciertos medicamentos, su actividad física y situación social y económica. Esta condición no solo afecta la salud física, sino que también se ha vinculado como un factor de riesgo para el padecimiento de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como la diabetes, niveles altos de colesterol y lípidos en sangre, hipertensión arterial, y del sistema respiratorio, incluyendo el mayor riesgo de asma y apnea del sueño.
Por esta razón, la detección temprana cobra especial importancia, puesto que se ha observado que cuanto más tardío es el diagnóstico, mayor es la probabilidad de que el niño persista obeso en la edad adulta (Delgado et al., 2021).
Más allá de ser un problema de salud, la obesidad infantil se ha convertido en un desafío social y económico. En los últimos cuarenta años, la prevalencia de la obesidad ha aumentado en un 300%, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En países en desarrollo, la situación es aún más alarmante, con prevalencias superiores al 30% en niños preescolares, lo que podría resultar en un aumento proyectado de 70 millones de niños obesos para el año 2025 (OMS, 2021).
En Costa Rica, el I Censo Escolar Peso/Talla de 2016 reveló un 34% de exceso de peso, mientras que la Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física de 2018 registró un 30,9% de sobrepeso y obesidad en adolescentes. Lo más alarmante es que, según las últimas estimaciones de la OMS, para el año 2060, Costa Rica podría llegar a ser el tercer país con mayor sobrepeso y obesidad en su población (Cordero, 25 de noviembre de 2021).
Las causas de la obesidad infantil son multifactoriales, y abarcan desde factores genéticos hasta factores socioculturales. El entorno familiar y escolar posee un rol crucial en la prevención de su desarrollo.
La genética desempeña un papel fundamental, y se han identificado numerosos síndromes genéticos asociados con la obesidad. Sin embargo, al mismo tiempo, los factores ambientales, como el sedentarismo y la ingesta de dietas altas en energía y el consumo de grandes porciones de alimentos, contribuyen significativamente al desarrollo de la obesidad (Álvarez, 2019).
Por otro lado, factores metabólicos, hormonales, psicológicos y socioculturales también influyen determinantemente en la probabilidad de que un niño o niña desarrolle obesidad.
Ciertos fármacos, como antidepresivos y esteroides, pueden tener efectos secundarios que conducen al aumento de peso (Delgado, 2019); e incluso, el consumo excesivo de fructosa ha sido asociado con cambios metabólicos perjudiciales y una mayor resistencia a la insulina, lo que puede provocar una mayor ganancia de peso (Aguilera-Bocanegra et al., 2022).
La prevención de la obesidad infantil es esencial y requiere un enfoque integral. Principalmente, el entorno familiar es determinante para promover una niñez sana y con buenos hábitos de alimentación y vida saludable.
A continuación, se mencionan algunas recomendaciones puntuales, según Aguilera-Bocanegra et al., (2022):
Según la Sociedad Europea de Gastroenterología, Pediatría, Hepatología y Nutrición (ESPGHAN), se deben establecer pautas para la ingesta diaria de azúcar considerando la edad de los niños y las niñas. Lo anterior, tomando en cuenta que la mayoría de los productos que la industria ofrece poseen un alto contenido de energía proveniente de azúcares, grasas trans y saturadas.
Sobre esta misma línea, se debe promover el consumo de una dieta balanceada que tome en consideración una variedad de frutas y verduras, la ingesta de agua, y se evite el consumo excesivo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas. Las porciones deben ser adecuadas a las necesidades y edad del menor de edad.
Otra acción fundamental es la promoción de la práctica frecuente de actividad física desde temprana edad. Esto es una forma de incentivar este hábito para que se mantenga como parte de un estilo de vida saludable en la etapa adulta.
En conclusión, la obesidad infantil es un desafío global que requiere una respuesta urgente y un esfuerzo conjunto entre todas las partes involucradas en su prevención, puesto que las consecuencias para la salud y el bienestar de la niñez pueden ser graves a corto y largo plazo. Está más que claro que es un padecimiento presente en todas las clases sociales, edades y países, pero es en cada hogar donde se pueden realizar los cambios más efectivos e inmediatos para procurar que nuestros niños y niñas crezcan con bienestar.
Las decisiones que tomemos en el presente beneficiarán a las futuras generaciones.
Aguilera-Bocanegra, S., Gamez-Fernández, A., Navarro-Pérez, J. A., Solares-Alvarado, A. P., Tinajero-Castro, C., Trejo-Nava, E., & Ozuna, C.(2022). El sobrepeso y la obesidad infantil en México y su relación con el consumo de azúcares. Jóvenes en la Ciencia, 16, 1–7. Recuperado a partir de https://www.jovenesenlaciencia.ugto.mx/index.php/jovenesenlaciencia/article/view/3555
Álvarez, N. (2019). Alimentación y Salud: La obesidad como factor de riesgo. NPunto, 11(17). https://orcid.org/0000-0002-5408-6263
Cordero, M. (25 de noviembre de 2022). Costa Rica sería el tercer país con sobrepeso y obesidad en el 2060. Semanario Universidad.
Delgado, J. G., Saavedra, M. M., & Miranda, N. M. (2021). Sobrepeso y obesidad infantil. Revista médica sinergía, 6(11). https://doi.org/10.31434/rms.v6i11.730
Organización Mundial de la Salud: OMS. (2021, 9 junio). Obesidad y sobrepeso. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight
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